Tradiciones y Fusiones Musicales. Por México,
en el Museo Nacional de Culturas Populares
Con el sonido rítmico y enérgico de las percusiones, la guitarra y el clavecín, Eblen Macari Ensamble inauguró el pasado viernes 13 de octubre el encuentro “Sonidos de México. Sonidos de la tierra”, en su versión “Tradiciones y Fusiones Musicales. Por México”, ciclo que responde al compromiso institucional de la Dirección General de Culturas Populares, Indígenas y Urbanas de la Secretaría de Cultura, para el fortalecimiento del Patrimonio Cultural Inmaterial y la Diversidad Cultural de nuestro país, a la vez de significar la solidaridad de los creadores con las poblaciones más afectadas por los recientes hechos.
Al ser profundos conocedores de las tradiciones musicales de México y de sus raíces, estos intérpretes y compositores ofrecen nuevas propuestas sonoras y visiones en una creatividad única, con lo cual expresan su sentir que nos transmiten en sus canciones.
Así, en el patio Jacarandas del Museo Nacional de Culturas Populares se escucharon primero composiciones que aludieron a los sones huastecos y jarochos, con armonías provenientes de Beirut, Bulgaria, Bretaña y Lisboa.
Continuó la presentación del 13 de octubre Jorge Morenos y Ensamble Folía Huasteca, mientras que para el 14 y 15 se tuvieron las actuaciones de Grupo Alumbre; Gerardo Tamez y Ensamble Tierra Mestiza; Anastasia Guzmán “Sonaranda” y Ensamble, y Ramón Gutiérrez Septeto.
Sobre el tema de la fusión, Eblen Macari comentó que fue hace más de treinta años cuando la idea de mezclar el son mexicano con los ritmos árabes, le parecía algo posible. “La gente se burlaba de mí y al principio fue un proceso difícil, sin embargo, ahí está y ahora todo el mundo lo hace”. Añadió que la fusión es un movimiento que renació y nos enseña que la música mexicana no nada más es mariachi, sino que abarca todo un universo.
Jorge Morenos y Ensamble Folía Huasteca fue el siguiente en subir al escenario e hipnotizar al público con la cadencia de la guitarrilla renacentista, flauta, guitarra barroca, quinta huapanguera y viola d’gamba, acompañadas de la melodiosa voz de sus cantantes. El grupo rememoró las primeras composiciones de los sones jarochos, huastecos y jaliscienses.
En tanto, el sábado 14 el grupo Alumbre, conformado por cinco mujeres músicos de formación profesional, le rindieron un homenaje al amor y a la abundancia, que iniciaron con un canto de sanación dedicado a la música.
El sonido emanado del arpa, la jarana, la guitarra, las percusiones, el bajo y las voces de sus integrantes, se acompañaron de pasos de baile que se armonizaron con ritmos tradicionales y contemporáneos.
A su participación le siguió Gerardo Tamez y Ensamble Tierra Mestiza. Su interpretación, basada en la guitarra, el violín y el arpa, remitió a obras barrocas de los siglos XVI, XVII Y XVIII, cuyas adaptaciones y arreglos musicales a lo largo del tiempo dieron como resultado un intercambio cultural de gran riqueza entre Europa y América.
“La música folklórica mexicana tiene la gran virtud de tener muchos vasos concomitantes que se comunican”, argumentó Tamez en entrevista. Y añadió que ya pasó la etapa de nacionalismos, “lo que hacemos es música con nuestras raíces. Uno tiene que llevar a cabo la fusión con géneros con los que tenga afinidad o mayor dominio”.
Los grupos encargados de cerrar el ciclo fueron Anastasia Guzmán “Sonaranda” y Ensamble, que ejecutó piezas donde se acoplaron el flamenco, el jazz y ritmos de México, como el huapango, y Ramón Gutiérrez Septeto, que interpretó obras que fusionaron el jazz y el son jarocho, ejecutadas con requinto, jarana, percusiones, violín, contrabajo, teclado, voz y la presencia de una bailarina.
Al finalizar su actuación, Anastasia Guzmán destacó que en el proceso de creación y de fusión, “existe una falta de compromiso con los géneros en los que se trabaja, por lo que se cae en una suerte de champurrado”. Ante ello, éste tiene que estar siempre acompañado de experiencia, conocimiento de cada uno de los géneros a interpretar, de talento y mucha pasión.
Este ciclo de conciertos es una iniciativa de la Dirección General de Culturas Populares, Indígenas y Urbanas de la Secretaría de Cultura, que busca fortalecer la obra de autores mexicanos que expresen con su música la diversidad creativa, en la que se fusionan los ritmos tradicionales con sonidos contemporáneos y de vanguardia.